DaDa is not DaeD

agosto 27, 2009


A-….quizá tendría que reconocer que a mano es más fácil, que con el lápiz se siente más cómoda. Las palabras que busca, se encuentran con facilidad. No hay tiempo para pensar en lo que se dice y no tiene al frente la distancia de la máquina. Escribiendo con el lápiz da igual si comete un error o se deja llevar por algún exceso del cuerpo en libertad. Está bien, esto es lo que se dice hacer terapia. Mente en blanco y lo que se acumula en el estómago tensando los músculos del brazo, creando los trazos de un jeroglífico sobre el papel o de un rudimentario dibujo sobre la superficie de una caverna.

B- “…mi cuerpo es una caja de resonancias, mi cuerpo entiende mejor que yo su comportamiento, el comportamiento de los otros, la interacción, la intersección entre ambos. Mi cuerpo es una antena que capta el azul y lo metaboliza hasta la alergia o el sudor, hasta la fiebre o los fluidos corporales, también hasta el regocijo de la retina, en esas ocasiones en las que el ojo se abre camino y es… ojo en carne viva. Impúdicamente vista puesta en otros o puesta en mí.
Hoy mi conciencia esta ardida, piensa y da vueltas, piensa y repiensa y entre todos los azules posibles, se destaca uno eléctrico, casi chillón y no entiende que es lo que sucede, cómo a veces un azul concentrado puede convertirse en una luz de neon estridente: !Es culpa del gallego letal!- está segura.

C: últimamente cree que en realidad la única utilidad práctica que podría tener dios, cualquier dios, es precisamente ayudar a fomentar su aceptación de la raza humana. Sin esa explicación extraterrestre le resulta muy difícil entender que ella y ese gallego sean de la misma especie. Eso es seguramente lo más difícil de ser un ser humano. Las jirafas no tienen que reconocer como iguales a los chimpancés. Es más, en reacción a una aparición inopinada podrían partirles el cuello con las patas y nunca ningún otro ser les echaría la culpa de nada. Las jirafas no necesitan ser diplomáticas y lo normal es que circulen entre jirafas o por lo menos que se reconozcan como jirafas, también delante de chimpancés. Del cristianismo un slogan rescatable es que el hombre vive por su fe, es decir: por los actos que respaldan sus creencias , así estas justifican sus palabras, también su ironía. Georg Grosz creyó que en Estados Unidos encontraría la tierra de la libertad de los movimientos anarquistas de principios de siglo XX, en el momento en el que llegaban a Alemania los Nazis, y lo que se encontró fue un conservadurismo letal como el de este gallego. Por eso acabó pintando unos cuadros de sexo brutal, fue su manera anarquista de ser diplomático. De poner la mente en blanco, de tensar los músculos del brazo, para dejar un mensaje a los del futuro, que irremediablemente terminan volviendo a las cavernas.

La motivación para escribir


"Para no ser impreciso. ¿Por qué escribo? La famosa pregunta de Gretchien: porque tengo ganas. Dicho de manera banal, porque tengo que hacer algo. Como dijo Faulkner: To make Money. Dicho de manera patética, porque es difícil aguantar la vida sin poder expresarse. No creo que escriba para conseguir algo en el mundo, para cambiar el mundo, para enseñarle algo a la gente. Quizá lo hice en algún momento. Tuve esa idea didáctica, que se ve en mis textos. Pero esa necesidad de escribir tiene otra fuente y esa es la comunicación. Nadie quiere estar solo, uno quiere saber si los otros se sienten igual frente a los problemas de nuestro tiempo, a las preguntas de nuestro tiempo. Pero quizá al principio está la ingenuidad de querer hacer algo, de jugar".
Max Frisch

Masticar

agosto 23, 2009

Triturar la comida con los dientes, despacio, concentradamente. Evitando las arcadas que produce el bolo alimenticio cayendo en la garganta. Afuera va pasando la tarde, la gente con sus sonrisas y sus problemas, los amigos que llaman para contar sus historias y todos los mails que se leen, entre bocado y bocado. Masticación obligatoria por lo menos una vez al día para huir de las sondas. Trituración obligatoria para mantenerte unida al tiempo y al espacio que te ha tocado compartir con la especie. Como si esto fuera una razón o un consuelo –tragas- mientras piensas en algunos de los bichos que te rodean y la angustia te cierra el esófago y salivas y aguantas, corajudamente, el eructo que te repite en el estómago.

VIII – Herr Lehmann


Ciclo Imaginario de cine
“24 páginas por minuto”
o la literatura en el cine contemporáneo
La verdad es que tenía pensada otra película para esta semana. Quería terminar el cine club okupa, con una lectura, otra más, de “El amigo americano”. Esta vez dirigida por la italiana Liliana Cavani. Seguramente esta no es la obra más transgresora de la directora, pero en Ripley´s Game aparece un John Malkovich soberano, al que una le cree inmediatamente que la sangre fría, cuando aparentemente todo se ha perdido, es la única posibilidad que queda para ganar la partida. Tom Ripley es uno de los personajes de la literatura contemporánea que más me fascinan y Patricia Highsmith es mi escritora favorita. Nadie demuestra mejor los entramados de la mentira, aun de la más inocente, que esta señora. Sus libros son tratados muy útiles sobre el poder, el engaño y el ego, además de muy entretenidos. Como quién dice, nadie mejor para ayudarte a fichar al enemigo, que esta escritora americana. Será por eso talvez que sus libros son, incluidos todos los autores occidentales del Siglo XX, los que con más frecuencia se han llevado a la pantalla grande.
Pero basta, basta de lo que tendría que haber sido. En ocho semanas cambian las cosas y de momento esta nota ya no es una despedida. Se termina el Ciclo Imaginario de Cine pero permanece la ocupación. Se queda la columna en este rinconcito de la página y dado que es hasta la próxima semana, así de repente, pensé que no estaría mal invitarlos a imaginarse una película mucho más humilde, que es un testimonio más que cualquier otra cosa, sobre la vida en la República Independiente. Desde hace años y todavía, uno de los lugares con más artistas per capita de toda Europa.
Herr Lehmann, Kreuzberg, Berlin 1989, la novela debut de Sven Regener. Un chico de 29 años, sin pena ni gloria, que trabaja en un bar como mesero, para poderse pagar la vida que lleva con los amigos, iguales, igualitos a él. Es tímido, tiene pretensiones artísticas, pero la verdad es que no tiene el carácter suficiente como para buscarse a sí mismo y prefiere perderse en el limbo de la cerveza. Vive sólo y su vida es, aunque a él le cueste reconocerlo, completamente chata. Sus amigos han empezado a llamarlo Señor, porque pronto va ha cumplir 30 años y la única razón que hace que cuestione su contexto, es que se enamora de Katrin. La nueva cocinera del bar al que va todos los días y una mujer de armas tomar, que tiene muy claro quién es y lo que quiere.
Herr Lehmann está tan perdido que sólo puede reaccionar emocionalmente cuando, debido a una serie de desencuentros, termina como testigo involuntario de un beso entre Katrin y Kristall- Reiner, el tipo que todos desprecian, básicamente porque es un solitario silencioso. Por lo demás, el único vínculo afectivo de Lehmann es con Karl. Un escultor que como todos, está esperando que llegue el momento de darse a conocer. Su historia es quizá la mejor lograda de toda la película.
Karl es el único que sabe que es ser un artista, porque lo es y ya. No tiene pretensiones públicas y en ese su no tener pretensiones termina metido en un círculo de gente voluntariamente ignorante, ajena por completo al proceso creativo, más allá de las supuestas aspiraciones artísticas. La consecuencia de la incomprensión del grupo, de la negación sistemática de su trabajo por parte del contexto cercano, es una depresión crónica, que termina en una crisis nerviosa. Justo dos días antes de que se inaugure su primera muestra en una de las mejores galerías de la ciudad.
Para Herr Lehmann comienza a cambiar el mundo, cuando debe acompañar a Karl a urgencias y se da cuenta de que el psiquiatra comprende perfectamente al loco y no como paciente, sino como artista. Su reacción al salir del hospital, en su último intento de negación, es meterse de cabeza otra vez en uno de los bares y mientras bebe, la ciudad se agita. Acaba de cumplir 30 años, en la televisión puede ver como cae el Muro de Berlín y cuando sale del bar, para inmiscuirse por primera vez en lo que está sucediendo realmente, pierde de golpe y para siempre la venda que le cubría los ojos. La película no es una maravilla, pero retrata muy bien el ambientillo de mi barrio, donde cualquier mesero en paralelo organiza lecturas o exposiciones y la locura de bares como el Goldene Hahn. Un tugurio repleto de clochards, de peners cómo se los llama en Berlín, donde el que menos sabe quién es Proust o Borges o Joseph Boys. Artistas, que se han quedado colgados en el limbo y a los que el tiempo sólo les va dejando las cervezas.
Dirección:Leander Haußmann
Guión: Sven Regener
Artistas: Christian Ulmen, Katja Danowski, Detlev Buck, Janek Rieke, Hartmut Lange, Margit Bendokat.
Alemania, 2003

Paco Ibañez, si señor...

agosto 19, 2009

Vocabulario

agosto 18, 2009

El conjunto de palabras de un idioma. El sustantivo que agrupa los ladrillos, todos los ladrillos con los que construimos nuestra casa. La enumeración de todas las cosas, sentimientos, pensamientos que reconocemos como posibles, como concebibles. A lo que nuestra imaginación alcanza. Hasta donde llegamos como animales que somos, el cosmos infinito, lo profundo, el eslabón que nos ata a la especie. A los confines de la especie, a los inicios del mono peludo con su hacha creando el mundo. Esto es un pez, esto redondo una roca, eso de allá el sol y así… hasta el séptimo día, en el que se hicieron los sueños, pero también las pesadillas.

VIII. Elegy

agosto 13, 2009


Ciclo Imaginario de cine
“24 páginas por minuto”
o la literatura en el cine contemporaneo

Según dice la feminista argentina Lea Fletcher, “literatura femenina” trata con textos que están escritos por sujetos con características culturales de mujeres. Por antonomasia la "literatura masculina” tendría que ser aquella que está escrita por un sujeto con características culturales de hombre. ¿Eso existe? Existe, a más tardar oficialmente desde el 68, en mi opinión y algunos de mis libros favoritos caerían redonditos en esta bolsa. Trotski, Goethe y la felicidad, La insoportable levedad del ser y El animal moribundo. La película de esta semana es precisamente una lectura de esta última novela. Rodada en 2008 por Isabel Coixet, l@ directora de cine más importante de España, en este momento.
En una entrevista con José María Aresté, dice Coixet que ella tiene muchas conexiones con el personaje de Patricia Clarkson. Una ejecutiva cuarentona, exitosa y la amante consuetudinaria, casi la novia, de David Kepesh, el Profesor David Kepesh, crítico literario, intelectual de televisión, con letrerito de ayuda contra el acoso sexual en la pizarra de la puerta de su oficina en la Universidad de Columbia. Lo que comúnmente se conoce como un viejo verde y muy culto, todavía de buen ver, pero a las justas, quemando sus últimos cartuchos.
Su táctica es el impacto. Seducir por el verbo a sus estudiantes de literatura, con música escogida y textos bellos. Su estrategia es ir fichando a la presa, para intentar caerle encima en la fiesta que ofrece a los estudiantes cuando terminan el curso y él deja de tener problemas. Después discute los pormenores de sus aventuras con George, su mejor amigo, un poeta exitoso, casado, con hijos y mil historias.
Kepesh sólo tiene las historias, para él la honestidad consigo mismo es lo primero. Además tiene un hijo cuarentón: Kenet, que no le perdona su tipo de vida y a Patricia, que es igual a él. Ella es lógicamente la contraparte intelectual-afectiva necesaria para mantener el equilibrio, en una rutina agradable y metódica, donde el goce y la soledad, determinan el paso del tiempo.
En la visión del universo emocional de Roth es “el amor lo que nos rompe, lo que nos fractura y nos vuelve débiles" y eso es justamente lo que le pasa a David Kepesh cuando conoce a Consuela, una estudiante con ascendencia cubana, que lo hace temblar hasta los cimientos de sus convicciones y en un momento en el que su futuro empieza a verse deshabitado. Este es un resumen muy sucinto de una historia compleja, en la que las cosas no son necesariamente lo que parecen.
Kepesh no solamente es un cínico. La película comienza con una referencia a Thomas Morton, el colono americano que intentó en 1624 establecer una colonia "liberal" en Estados Unidos, asociándola con las ideas de amor libre que se “democratizaron” en los años 60. Kepesh ha asumido como forma de vida un discurso intelectual y la joven Consuela no es una víctima del seductor. Pertenece a una generación en la que el sexo es algo mucho más lúdico y sobreentendido. Como quién dice a la generación post 68 y para ambos, el sexo es una reivindicación de valores firmes. La pornografía a la que recurre Roth sirve para mostrar que la honestidad en la intimidad es lo que hace al sujeto, al individuo, ser realmente libre y en eso el autor no hace distinciones de género. La novela para mi es brillante, explícitamente pornográfica y la contraparte es una película casi redonda, aunque mucho más pudorosa.
Mientras Roth hace uso del sexo explicito para demostrar la emancipación de sus protagonistas. Coixet plasma en el dialogo post coital las abismales diferencias entre los sujetos y construye la trama.
Para mí ésta película más que una lectura es un diálogo generacional. En el que a Coixet se le escapa la relación padre-hijo, que es muy importante en la novela, para entender o mejor, atisbar la reflexión de masculinidad, sin caer en el cliché y es que muchas veces las mujeres olvidamos que la paternidad asumida es una experiencia que nosotras tampoco podemos concebir.
Aunque esta es la primera vez que Coixet no está presente como coautora del guión, es ella absoluta responsable de la cámara y se nota. No es la devoción al texto el motor, sino la reflexión. Aceptar un encargo sin perder el toque de autor; como dicen los españoles: ¡chapo! Su forma de narrar es inconfundible y a Roth deberían darle el Nobel, con la misma argumentación que a Doris Lessing, es decir: por haber colaborado a la emancipación masculina. La monogamia burguesa, compuesta por una madre y un patriarca basada en guardar las apariencias de cara al público es destructiva y en cambio, la pornografía, el goce, etc., etc., derechos asumidos por todos los sexos.

Dirección: Isabel Coixet
Guión: Nicholas Meyer
Artistas: Ben Kingsley, Penélope Cruz, Patricia Clarkson, Dennis Hopper, Peter Sarsgaard, Deborah Harry, Chelah Horsdal, Sonja Bennett.
USA, 2008

Bandera Roja

agosto 12, 2009



Un hombre mayor con gorra
cruza en su silla de ruedas
el Checkpoint Charlie
y rueda en silencio
hacia el ocaso marrón
de la calle Wilhelm.

Esta es la zona de la muerte de los viejos
dioses, que desprecian la dignidad humana,
¿festeja aquí el absurdo
su triunfo final?
O camina simplemente
el sentido de la historia
a partir de esa lógica:
¿para cambiar a la gente
hay que encerrarla?

La imaginación al poder, ¡seguro!
Bonita palabra. ¿También pensaron en
la imaginación del carcelero?
Una bandera sangra
sobre la arenisca de
esta arena
una impresión agobiante:

¿Quién conoce todavía
el nombre de los matadores?
¿de dónde venían los toros?
Cuando estuvieron satisfechos,
¿fueron felices los pueblos?
¿en general necesitan felicidad los pueblos?
¿qué hacen con
la imaginación?

Esta Alemania, mi país:
Expresionismo, Auschwitz,
el Muro. ¿Dónde estaban
los poetas,
cuando los filósofos
mezclaron el cemento?

Absurdo talvez, pero yo también
pertenezco aquí.
Mis manos
reposan tranquilas sobre la madera
muerta de la torre de vigilancia, en frente
rueda el viejo de la silla
debajo de la bandera roja
rumbo a la plaza Thälmann.

Viejo, me escucho gritar,
¡uno no puede encerrar a nadie
si no tiene nada!

Viejo, escucho rodar la respuesta
alejándose de los muros de la ciudad,
¡todas las naciones
son cárceles!

¡Por supuesto! Saludo
el alma de los anarquistas
y me largo
de vuelta a mi
arena.


en Trozki, Goethe und das Glück, Munich, 1979. Traducción RM.

13.7.63®

agosto 08, 2009

Querida mamá, querido papá,
estoy plenamente conciente de la reacción que va a desencadenar esta carta; a lo largo de los meses en los que fue madurando, de alguna manera, lo que tengo que decirles, tuve tiempo suficiente para hacerme un cuadro de lo que iba a suceder.
(…)
Se que mi padre sabe y está convencido que he viajado a Londres solo para vagabundear y por Stella.
Esa suposición es falsa y en mi opinión sería peligroso emperrarse en ella. Es verdad que pueden obligarme con acciones legales a quedarme con ustedes en Frankfurt dos años más, pero tienen que estar seguros que apenas tenga la oportunidad, volveré a hacer lo hecho. Poco a poco me vuelvo insensible a las opiniones que tengan otros sobre mí, también a las suyas (ya que sé que mi padre piensa que soy un inútil, un inservible y un perdedor, en lo que, visto desde su perspectiva, está en toda la razón.) Soy feliz en mi vida, así sin demasiado dinero, sin comidas calientes u otro tipo de lujos. Podría estar en cualquier lugar en donde yo pudiera vivir para mí y no para otras personas. ¿Tengo que hacer algo que odio, sólo por amor a ustedes? Esos tiempos se acabaron.
No pienso ir bajo ningún concepto (no pueden obligarme) más al colegio. Quiero, como aquí, escribir mucho y mientras no pueda alimentarme de eso (de verdad que no necesito mucho, lo noto con alegría) trabajaré en cualquier cosa.
(…)
¿Por qué no pueden dejarme vivir como yo quiero? ¿Por qué no me dejan hacerme responsable de mi futuro? Acaso papá no se convirtió en un pintor, a pesar de que seguramente sus padres tenían otros planes para él. ¿Acaso no hizo él lo que quiso? ¿Y tú mamá? Se los suplico déjenme hacer lo que yo quiera, correr el riesgo.
(…)
Si me obligan a volver inmediatamente con la policía, tienen que tener la seguridad de que cuando tenga la oportunidad volveré a hacer lo mismo y cuando cumpla 21 años, no tendré ningún trato con ustedes.
Me da mucha pena arruinarles las vacaciones, sobre todo a mamá. No pude hacerlo de otra manera.
Si me escriben, conste que confío que ustedes no harán uso de otros métodos, háganlo por favor a la lista de correos en la Victoria Station Post office, London W1, porque me voy al campo por un par de días (Londres es terrible) a buscar un cuarto barato.
Espero que les vaya bien, por su propio interés, crean en todo lo que he escrito. Pronto les mandaré otra carta. Por favor no hagan que tenga que odiarlos.


Su Jörg








® „Ich habe eine Mordswut”, la correspondencia personal entre el poeta alemán Jörg Fauser (1944-1987) y sus padres. Editorial Paria; Frankfurt, 1993.

VII. No tengo miedo

agosto 04, 2009



Ciclo Imaginario de cine
“24 páginas por minuto”
o la literatura en el cine contemporaneo

Esta semana nos vamos con las pelis a Italia. Hasta la aldea de Acque Traverse, con la cámara de Gabriele Salvatores. Entre tanto uno de mis directores europeos actuales favoritos. “No tengo miedo” es una lectura de la novela del mismo nombre escrita por Niccolò Ammaniti y nos cuenta la historia de Michele, un niño de nueve años, creciendo en el verano más caluroso del siglo, 1978. Los campos de trigo: “Todo estaba cubierto de trigo. Las colinas, bajas, se sucedían como olas de un océano dorado. Hasta el horizonte trigo, cielo, grillos, sol y calor.
No tenía idea de cuanto calor hacía, uno a los nueve años, de grados centígrados entiende poco, pero sabía que no era normal.
Aquel maldito verano de 1978 se hizo famoso porque fue uno de los más calurosos del siglo. El calor entraba en las piedras, desmenuzaba la tierra, quemaba las plantas y mataba las bestias, encendía las casas. Cuando cogías los tomates en el huerto, estaban sin jugo y los calabacines pequeños y duros. El sol te quitaba el respiro, la fuerza, las ganas de jugar, todo.” La novela tiene dos planos narrativos bien definidos, por un lado están los adultos y por el otro los niños, dos interpretaciones del mundo, entre las que Ammaniti se mueve con una soltura asombrosa. La primera persona de la narración es capaz de describir plásticamente, con muchísimo humor y un detalle asombroso los paisajes, las situaciones, hasta llegar a construir una atmósfera enajenada. Completamente ajena a la paz de esta tierra de nadie, que podría estar en el campo de cualquier parte del mundo y que llega a rebalsar completamente la capacidad de entendimiento del protagonista.
Michele descubre entre las menudencias cotidianas de su pueblo a un niño, de su misma edad, encerrado en un hueco en la tierra del patio de una casa abandonada. Las posibilidades de ese hallazgo y de ese encuentro son completamente distintas a los nueve años. La prosa es una secuencia de imágenes vivas, en movimiento, en una cabeza inteligente y despierta, que sólo es capaz de comprender los acontecimientos dentro del marco que le han dado sus padres. Gente buena y sencilla, trabajadora y pobre, sin esperanza. Que ha optado por participar en un secuestro, como todos los adultos del pueblo.
Salvatores es tan fiel como puede al texto original. El director opta por un constante arriba y abajo en el enfoque de la cámara para acercar al espectador a la perspectiva desde la que se narran los acontecimientos y no tiene escrúpulos en mostrar la honestidad con la que los niños enfrentas sus miedos y/o su fantasía. La escena en la que Michele se decide a bajar al hueco, para ver qué oculta la manta de la que sale un pie es fascinante. Un fantasma, sucio y ciego, toma vida de pronto y le pregunta: “estoy muerto. ¿eres tu mi ángel de la guardia?” es conmovedora y el diálogo que se desarrolla podría parecer infantil sacado de contexto, pero en realidad hace referencia a un otro mucho más serio. ¿Cómo es posible qué, si somos cristianos, esto pueda ser posible? ¿Cómo es posible que los padres del fantasma no vayan a buscarlo? ¿Cómo es posible que hable un muerto? Cuando Michele se da cuenta que su secreto, no es un secreto, sino algo que ocultan los adultos. El miedo deja de tener sentido, porque el mundo deja de tener sentido. La autoridad pierde por completo su poder. Dios incluido.
Esta historia contada por Salvatores en 2002 y por Amaniti en 2001 habla de la violencia publica y privada y de su dimensión en la sociedad italiana. Actual, hoy todavía o sería mejor decir: hoy más que nunca. Vean y lean Gomorra, otra película-libro que se convertirá en un clásico de la era Berlusconi. La encarnación de El Padrino metro sexual del siglo XXI. De lejos y hasta ahora la etapa más oscura del país después del fascismo.

Dirección: Gabriele Salvatores
Guión: Niccolò Amaniti y Francesca Marciano
Artistas: Aitana Sánchez-Gijón, Dino Abbrescia, Giorgio Careccia, Giuseppe Cristiano, Mattia Di Pietro.
Italia, 2002

9.09.58

agosto 03, 2009

¡Querido papi!

(...)

En este momento leo „La historia de la revolución alemana” (entre 1918/19). Publicada por la Editorial Internacional de los Trabajadores en 1929. Los primeros años de la República de Weimar, vistos desde el lado comunista. Es de Kirn. ¡Fantástico!
¡Qué diferencia con la el discurso bombón rosa! ¡Ha! Sobre todo las ilustraciones increíbles, panfletos, recortes de prensa, afiches, etc., etc. Ayer que estuve donde Kirn, escuche por primera vez la Internacional. ¡Un instante edificante! ¡Fantástico!. Kirn me ha prestado varios discos con la Internacional, la Marseillaise, el himno polaco y el de la Unión Soviética. Ese es precioso, una verdadera obra de arte. ¡Fantástico…..!
Mohrle es el animal más vanidoso que he visto. No importa donde este, se lame. Es una locura observarlo. Viene a la sala de estar, nos mira con esa mirada entre melancólica-curiosa-llena de reproches y se deja caer pesadamente en el piso, donde empieza a lamerse. Rigurosamente. Entonces va hasta el pasillo, se deja caer pesadamente en el suelo y empiezan de nuevo las lamidas. Después se sienta en el diván. Incluso cuando tiene que saltar, tiene que limpiarse rápidamente antes, por lo menos las patas.
¡Eso por hoy!


Tu hijo Jörg













„Ich habe eine Mordswut”, la correspondencia personal entre el poeta alemán Jörg Fauser (1944-1987) y sus padres. Editorial Paria; Frankfurt, 1993.
 
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