Bitácora

marzo 25, 2010


Ya está, parió la burra y lo hizo de una manera inaudita. El estallido me ha dejado exhausta. Miro alrededor, el desorden de mi casita, la pila de platos sucios en el fregadero, mi latita de porros, mis somníferos estriados. Hay una vida al otro lado de la puerta. Hoy incluso estaba el sol, barnizando los bancos del parque. Las pequeñas florcitas violeta que han despertado en las jardineras peladas, gritan vida.
Este abril se anuncia con una fuerza inusitada, pregona semillas dispuestas a reventar en los lugares más insospechados. Cantan y la melodía es más antigua que cualquier puerto que haya conservado su nombre a lo largo de la historia. Tengo que volver a cuidar de mis macetas, volver a la calle, volverme a cagar de risa con la gente.
De la pregunta: ¿Por qué escribo?: “(…) esa necesidad de escribir tiene otra fuente y esa es la comunicación. Nadie quiere estar solo, uno quiere saber si los otros se sienten igual frente a los problemas de nuestro tiempo, a las preguntas de nuestro tiempo. Pero quizá al principio está la ingenuidad de querer hacer algo, de jugar".
Max Frisch

Evacuación

marzo 24, 2010

Esto nos ha caído por sorpresa.
Conmovidas,
se han abierto las compuertas
y el agua cae estrepitosa,
salpicando el día de
flashbacks,
alucinaciones,
sueños húmedos
en la cola del super,
en la sala de espera del dentista,
en la oficina de
recaudación de impuestos.
En algunas colillas…

El ruido aterrador del agua
generando energía.
Electricidad
en toda su furia.
Sucesivas replicas del terremoto.

Mis habitantes están aturdidos,
todas mis personalidades
se han puesto su chaleco salvavidas.
Algunas ya van disfrazadas de Cascos Azules,
preparándose para intervenir
cuando se desencadene el desastre.
Otra ha salido huyendo como un conejo,
saltando escaleras abajo,
para buscar refugio en su madriguera.
Otra se ha dejado atropellar,
encandilada.
La más feliz se ha convertido
en una pastilla de lakritze,
la más triste ha llorado,
la más atlética
tiene macurca,
la más sabia,
está temblando.
Incluso la más serena
se pregunta:
si no estaría demás
prepararlo todo para una evacuación.

marzo 06, 2010


Pienso en el 5 de marzo. Fecha ilustre, que proclamo como efeméride de la independencia de mi minoría étnica en la ciudad de Berlín. La de los vertebrados razonables que no tienen donde caerse muertos. Salí tarde en la noche, para ver el concierto de unos amigos en un club de Friedrichshain. Caminé hasta Hallesches Tor, tome el metro rumbo a Warschauerstr…fue un paseo por mis lugares de la ciudad, tiritando de frío. Otra fiesta de autistas.
Por la tarde se encendió una luz. A veces la primavera empieza con una sola llamada de teléfono, con un mail, con alguien que sonríe en medio del aturdimiento o de la nieve. Los hilos que se entretejen en el atrapasueñios de los lugares insospechados. Como cuando vas al parque a pillar y otro consumidor te propone regatear juntos, para que el extra sea más jugoso. Todos los dealeres y tu, saben que es el poli de paisano haciendo su ronda y quizá él piense que tu eres la loca de mierda. Ya nos hemos visto en el parque muchas veces, es la primera que hablamos,vamos a encontrarnos varias más. Estamos Undercover los dos y de acuerdo en muchas cosas, al despedirnos nos damos la mano. El extra es jugoso, la tarde tranquila. Con un especial de música afro latina en radio 3. De comer: sándwich de atún. La República Independiente empezando a oler a primavera, los junkies de los castaños tiritando con el mono que les da el posible aire tibio. Podía volver a soñar, volver a construir castillos en el aire. Puentes de palabras a falta de teletransportadores. El día, una verdadera hora cívica antes del primero de mayo.
El pasado con ritmos tropicales, el futuro en Kotti, con ritmos tropicales también. Ya cualquiera baila cumbia. Cumbia…Cocteau, Cousteu, Artou, ach….Tarara, tarara, me hizo daño, ajua ergo seguimos estando con vida.

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