un punto equidistante

febrero 05, 2011

Llevo más de un mes sin escribir nada, prácticamente sin decir palabra. Volver ha sido mucho más lento de lo que era, me hago mayor. A pesar de mis escapadas, la verdad es que cada día estoy más vieja y lentamente se me acaban las ganas de escaparme. Suena patético, quizá se deba al invierno y en menos de dos meses estaré de vuelta bajo la fiebre de los castaños, gozando del verano sin preocuparme por la inmortalidad del cangrejo, aunque no creo...
esta vez si que volver no ha sido fácil. Estar allá tampoco ha sido fácil y las ganas de buscar un lugar tranquilo bajo el sol, donde escribir poemas y tomar cerveza sin preocuparse por nada sea lo natural, es cada vez más apremiante. Esa „felicidad burguesa“ e irrealizable.
La orilla del canal sigue siendo lo más parecido al paraíso cuando no la cubre el hielo.

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