Malaria

abril 18, 2010

Espero los bienes prometidos
después de esta caminata.
Por trechos vengo de rodillas,
como una peregrina
y se abre mi carne
y veo en las heridas
las capas dérmicas,
la grasa entre la piel
y el tejido.
La sangre que llega despacio,
como si no hubiera estado preparada.

Esto podría haberse parecido al purgatorio
pero las luces de neon lo han convertido
en un piticlub de seres tiernos,
un poco gastaditos,
todavía simpáticos,
buscándose la vida entre la felpa rosa
de las posibilidades que tienen los cuerpos
de vivir el placer.

He construido un nuevo templo.

Mi catedral está hecha de
carne y hueso,
de venas que se dilatan
y el pulso,
aunque sea exiguo,
sigue impulsando el aliento.

El infierno ha sido de glóbulos rojos,
agolpándose en las mejillas,
hinchando los labios,
convertido en la leche
que explota de los senos,
cuando los refriegan
con la rabia del instinto,
ejercitando la perpetuación de la especie.

Espero los bienes prometidos
después del diluvio,
del tsunami,
que se ha levantado desde las profundidades
del mar oscuro,
para confirmar
que sólo soy humana.
Una hormiga más
en la historia de los tiempos,
en su torpe progreso
de fila india.

Carta abierta a la luciérnaga de Kentish Town

abril 14, 2010





Para la Familia Goss

Que hayas nacido fue algo muy extraño. Estaba acostumbrada a ver a tu madre como a mi hermanita y tú la hiciste enorme, me obligaste a mirar a la mujer adulta con la que charlo por skype varias veces a la semana. Al principio tuve miedo de conocerte, supongo que cuando seas mujer y tengas treinta y tantos y hagas tu vida y quieras ser la mujer que quieras ser, podrás entender esto mejor. Ser la mayor no es fácil, tampoco es fácil ser distinta y tu lo eres. Sé que algún día hablaremos sobre esto y prometo que te dejaré decir lo que quieras, que intentare darte el espacio que necesites. Cuenta conmigo… no puedes imaginarte el shock piterpanesco que me produjo el parto y me alegro de que hayas llegado tarde a la cita. En mi opinión ya mostrabas tu carácter, sembraste en mi la duda. Me obligaste a imaginarte vivamente, superando mi autismo.
Tu madre siempre ha sido la persona más importante en mi vida, de muchas maneras la razón por la que yo esté aquí todavía y pueda escribirte esta carta. Ahora las dos pueblan mi ternura con una hondura incalculable.
No puedo decir que te quise nada más verte. Eras un bebe bonito, pero como todos los bebes. Olías bien, sonreías, cagabas, llorabas a todo pulmón, mientras tus padres primerizos corrían de un lado a otro, completamente Überfordert como se dice en alemán, hasta que un día tu vieja tuvo la genial idea de dejarme bañarte, meterte en la tina...
tus ojos sabes? esa inteligencia antigua, tu manera de reflexionar el contacto y mover los deditos, calculando sus posibilidades en el agua. Estabas experimentando, reflexionando, sopesando las consecuencias un par de minutos, luego me miraste a los ojos y sonreíste. Creo que es el reconocimiento más íntimo que he sentido como adulto, hasta ahora. Yo supongo que no voy a darte primos, ¿sabes?
La gente piensa que estoy un poco loquita y si fuera un personaje de tus cuentos, supongo que me parecería a una vieja un poco gorda, medio gruñona, que en realidad es buena persona, pero ni si quiera tiene un gato. Debo confesarte que regalé a Malú y eso que la conocía prácticamente desde que nació. Cualquier persona normal la habría querido, tu también, como quieres al Zed. Pero yo no, yo era conciente de sus derechos ciudadanos como gato y al cabo de un año de tener que ser la responsable, se la regalé a la sobrina de mi vecina. Soy un desastre, me gasto toda la plata en libros, espero que esas cosas te gusten y en otras cosas que mejor no te cuento, ya nos iremos conociendo y viendo como coincidimos.
A ti quiero quererte, te quiero, pienso constantemente en verte y me imagino las cosas que podría mostrarte. A veces pienso que he aprendido a hablar alemán, para poder recibirte. Esa es una parte de tu historia que tendrá que contarte tu padre. Tu familia tiene muchas cosas que contarte, no te imaginas la cantidad de coincidencias que han sido necesarias para que existas. Fue necesario que el destino empapelara las calles de toda la ciudad de La Paz.

abril 11, 2010

9 de Abril

abril 09, 2010


Hoy para cenar: guiso de fideo con ají colorado, receta original de La cocina en Bolivia, llajua sin quirquina, pan de la Toscana, como llaman en la esquina a lo más parecido que se encuentra a una marraqueta en Berlín. Para la sobremesa una copita – el último culito- de singani Los Parrales y un café. Es 9 de abril, día conmemorativo de la Revolución Nacional y aunque no esté de moda, para mi un día a festejar. Con todo el rigor que me permite una de las pocas cosas por las que me siento orgullosa de mi nashionalidad.
Las revoluciones las hacen los pueblos y Evo, como su nombre lo indica, no es más que una costilla -otra costilla- de estos 200 años de cuerpo. También a él lo hemos inventado nosotros. ¡Qué viva la Revolución Nacional!

belleza, quiero ponerte precio

abril 08, 2010

abril 06, 2010




foto: Pablo Sánchez Kohn

Ibuprofeno

nostalgias que
se descuelgan del clítoris
hasta ondear la huella
de tus ojos
espiando en mi desnudo

este es un acto
en el que apuntas
y mis dedos
jalan el gatillo

este es un acto
inequívoco
y mi coño
se mueve libremente

tu apuntas
y yo aprieto el gatillo

el futuro es
también el recuerdo
de estas muertes

breves

venciéndonos,
rompiéndonos
en pedacitos.
 
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