Los autores del atentado - La Regla diez años

septiembre 08, 2009


El sábado se despidió La Regla, por lo menos la que nosotros conocíamos y es una pena. Aunque llevara agonizando tanto tiempo, decir adiós es siempre duro. Aguantó diez años. Empezó en un barco, era una fiesta mensual -el chiste es obvio- y un buen tiempo fue el espacio abierto que tenía mi generación para sociabilizar en español y en Berlín. Latinos al destape, fieles a nuestras influencias, abiertos a lo otro. La combinación era mortal…
La explosión se produjo cuando se encontraron el pintor boliviano Daniel Pacheco (Dj Yungas), el sociólogo argentino Diego Sigelwachs (Dj Marado) y el diseñador gráfico colombiano Hebert Asprilla (Dj Bongo). El barco se llamaba Mephisto, tenía dos pisos y estaba en el canal de Kreuzberg. Bum! Todas las cosas que se pueden hacer, imaginar con veintipocos años. Muchas y por La Regla han pasado muchos Djs, estos angelitos sólo fueron los culpables de encender la mecha. En palabras de Wax (Diego) en realidad no estamos hablando de una fiesta, sino de un estilo de vida y en esa afirmación tiene toda la razón.
La Regla fue durante mucho tiempo una de las puertas de entrada, en la capital alemana, para la música moderna latinoamericana, mucho más allá del folclore. Aterciopelados, Loukass, Calamaro, Café Tacuba, La Bersuit, Soda Stereo, Charly, Control Machete, Rubén Blades, la lista es larguísima, las direcciones impredecibles. ¡Cumbia! Y empezó a gestarse en la escena de clubs under, que a principios de 2000, todavía eran distintivo de Berlín, alrededor de las casas ocupadas y de los movimientos de izquierda alternativa, en un momento en el que venir de Latinoamérica significaba, si o si, bailar salsa sin tener ni puta idea.
Por tradición, el público que se juntaba traía consigo el rock y la cultura urbana de sus respectivos países. Otra visión de sí mismos y otra forma de relacionarse con el país de acogida. La Regla fue pionera en descubrir a esa generación hispana callejera y más mundana, sin prejuicios o sin tantos prejuicios y en tratar de cambiar el cliché de lo exótico, para substituírlo por el diálogo entre interlocutores concientes de su origen y sin embargo conectados con el mundo. En red, al día, de ahí que el intercambio con los aborígenes haya sido tan fluido y tan rico.
Los pibes llegaron a pinchar en Londres, en Barcelona, en un montón de ciudades alemanas y en algunos de los festivales más guau que hay por aquí, como el Popdeeurope, el PopKomm o los Heimat Klänge. En los últimos años además, se hicieron responsables del escenario latino en el Carnaval de las Culturas, una de las fiestas más grandes de la ciudad. Sin mencionar que La Regla fue el espacio a partir del cual bandas de la diáspora latina, como Sudaka Power o Chico Trujillo, pudieron hacerse un especio en la movida berlinesa
La explosión, como dice el propio Pacheco, duró apenas un par de años, el resto del tiempo fue un reflejo. Nació con una idea de libertad y de experiencia, que me siento afortunada de haber vivido, pero el momento en el que el éxito “convertía la regla en un objeto de deseo casi erótico...todos querían follarse a la Regla y la Regla se los folló a todos” como explica Bongo, las cosas se fueron al carajo. Tal vez la única crítica que pueda hacérsele a este emprendimiento sin fines de lucro, que ha hecho más por la cultura de nuestros países que muchas embajadas en diez años y por la creación de una identidad latina, es que como colectivo nunca haya podido superar el cliché del macho latinoamericano.
La despedida del sábado era para los autores del atentado. Con treinta y tantos los susodichos seguirán caminos por separado, profesionalmente hablando. Todos han crecido, algunos se han reproducido y en cualquier caso han encontrado la manera de seguir evolucionando. Esto modifica el contenido y dará lugar seguramente a un sin fin de nuevos proyectos, mucho más maduros e integrados en los nuevos roles que les tocará desempeñar dentro de la comunidad.
La Regla en cambio sigue, no sólo porque la segunda generación de Djs está dispuesta a intentar continuar con la aventura, también porque entre tanto hay un montón de fiestas mensuales, que se le parecen mucho. La Regla siempre fue muy Berlín y sus logros están más presentes en Berlín que nunca, pueden escucharse en español y por la radio.

2 comentarios:

Diego dijo...

me encanto la idea esa de estar en el momento justo haciendo lo adecuado para que del chispaso reviente la bomba. y pienso, siguiendo la lina de esta idea, en una explosion que derrivo muros para que muchos de los y las convictas pudieran escapar, sentirse libres.

tambien me gusta la idea de que la regla cumplio su objetivo y esta en las demas fiestas que vinieron luego. quizas fuimos la vanguardia, sin saberlo, y como toda vanguardia, esta condenada a desaparecer cuando se establece como algo cotidiano, comun, popular(izado).

nota aclaratoria: seguimos cada uno por su lado pero juntos tambien, cocinando y gestando nuevas ideas y con nuevos desafios.asi que aca estamos en berlin, menos ruidosos, mas maduros-serenos-aburridos,pero muy inquietos y energicos.

gracias por el articulo, rery, me encanto elenfoque y me gusta mucho como escribis. contenido y estetica que se disfrutan.

Anónimo dijo...

Muy mal contada la historia Rery!

La Regla no comenzo en el Mephisto, ni Daniel, ni Hebert fueron de los primeros.

Vas a tener que volver a investigar!

 
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