IV. Antes de que anochezca

julio 06, 2009



Ciclo Imaginario de Cine
„24 páginas por minuto“
o la literatura en el cine contemporáneo



Para seguir con nuestro ciclo imaginario de cine, iremos esta semana a la cuna de la Nueva Trova: Cuba, el objeto de deseo de la izquierda latinoamericana y lo haremos de la mano del director y pintor estadounidense Julian Schnabel.
Pictóricamente Schnabel es uno de los máximos representantes del neoexpresionismo americano, una corriente estética que se basa en la pintura figurativa, con colores vivos y que Schanbel consigue trasponer delicadamente al cine. La belleza y la definición de los detalles, muchas veces en apariencia inocuos, son el distintivo plástico de su cine.
Como en todas sus películas en “Antes de que anochezca”, Schabel trabaja en el retrato de un artista, en este caso el del escritor cubano Reinaldo Arenas. No creo que haga falta contar aquí quien es Reinaldo Arenas, tal vez sólo sea necesario aclarar, por si alguien no lo supiera que era, como Lezama Lima y tantos otros, homosexual.
La historia está contada en un pastiche de fragmentos de textos, citas de entrevistas con Arenas y discursos políticos reales. Es una denuncia pública a la represión de las dictaduras "socialistas" y lo que la convierte en un clásico, es que la denuncia no pretende atacar las ideas socialistas. No se trata de mostrar las ventajas o desventajas de un sistema económico. La denuncia esta dirigida a la etica socialista, sin compararla con otra y mostrando detalladamente toda su brutalidad y toda su estupidez. En Cuba hasta los anios 90 como en los tiempos de la Falange Socialista española o el partido Nacional Socialista alemán, los homosexuales eran perseguidos, muchas veces asesinados o confinados en campos de concentración.
Tan es así, que un niño campesino como Arenas, que con 13 o 14 años dejó su casa para buscar a los rebeldes y hacer la revolución, que creyó en la Revolución y que pudo haberse convertido en uno de los escritores más representativos del cambio, porque es uno de los mejores escritores cubanos del Siglo XX y uno de los mejores del idioma español, fue excluido, censurado, confinado al "Morro" y cuando pudo se escapó hasta Nueva York. Él, que nunca jamás se hubiera ido de La Habana y seguramente nunca hubiera sido anticastrista.
El problema de las dictaduras socialistas, de las mejores y las peores, es que no han podido aceptar la belleza que no sirva deliberadamente a sus fines y en el fondo son asquerosamente conservadoras, impúdicamente burguesas y, en resumidas cuentas, todavía más patriarcales. Giran alrededor de unos tipejos omnipresentes, con pelos en la cara, ciegos a lo “otro”. Mujer, homosexual, judío, librepensador o guajiro. Da igual.
La resistencia a la barbarie de su propia cultura, que opone Reinaldo Arenas escribiendo, hasta convertirse en ese migrante pobre y enfermo, es simplemente admirable. En una de las escenas dice que escribe para vengarse, pero quién lo haya leído sabe que la venganza no esta en lo que dice, sino en el acto mismo de la escritura. Reynaldo Arenas nunca dejó de ser libre, siempre fue consecuente con la belleza y se murió siendo un guajiro.
Dirección: Julián Schnabel
Guión: Cunningham O'Keefe, Lázaro Gómez Carriles, Julian Schnabel; basado en las memorias y otros libros de Reinaldo Arenas.
Actores: Javier Bardem , Olivier Martinez, Andrea Di Stefano Johnny Depp, Sean Penn, Michael Wincott, etc., etc.
USA 2001

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