V. Las Horas

julio 22, 2009



Ciclo Imaginario de cine
“24 páginas por minuto”
o la literatura en el cine contemporaneo


Para Cirano

Me resultó difícil escoger el título de esta semana. Cuando se me ocurrió la idea de hacer este ciclo, ya sabía de qué películas quería hablar. Se trataba de una mera Terapia Grafológica, como diría Levrero. El plan era empezar con aquellas que en mi opinión hablaban del artista. Después quería mostrar tres perfiles de escritores llevados a la pantalla grande, para terminar con la lectura de cuatro textos hecha por distintos directores. Pan comido. No más de 400 palabras, una vez por semana: disciplina, la mínima indispensable.
No sé por qué se me ocurrió que encontrar a una chica para la sección de retratos iba a ser más fácil, era la única peli que seguía buscando y lo cierto es que así por las buenas, resulta muy difícil dar con algo que valga la pena o que se pueda conseguir sin mucho esfuerzo. Una joda, en la galería de la fama de los inmortalizados por el séptimo arte, prácticamente no hay minas. Ni rastro de aquellas mujeres que, ya sea por su obra o por su vida o por las dos cosas, llenan de sobra los requisitos para convertirse en un mito.
La decepción más grande fue haber hallado sólo documentales aburridísimos sobre Ingeborg Bachmann y adaptaciones de sus textos, más que mediocres, para la televisión alemana. No puedo creer que nadie haya reparado en esta rubia. Uno de los premios más importantes de literatura novel en Europa lleva su nombre, adaptaciones de sus obras se siguen estrenando en los teatros, sus libros son lectura obligatoria en los países de habla alemana y es la única escritora que conozco que es absolutamente independiente de sus ilustres amantes. A diferencia de Anaïs Nin que ha “conseguido la inmortalidad” en el cine por su trío amoroso con Henry Miller, ojo que como artista yo no la desmerezco, la independencia material y espiritual de Ingeborg Bachmann no se ha merecido ni si quiera la curiosidad de los realizadores. A nadie le ha llamado la atención que hubiera tenido una relación tan larga y tormentosa con Paul Celan o que haya compartido su vida algunos años con Max Frisch, dos monstruos de la literatura moderna occidental que han quedado en la categoría de amantes de esta Diosa. Bachman y su magnífica vos propia, sobrevivirán al tiempo, como las voces de Alejandra Pizarnik, Nora Zapata Pril, Margarita Yourcenar, Clarice Lispector o Margarite Duras.
Las Horas es el único suceso. Fue nominada a nueve Oscares en 2002 y debe ser “técnicamente” mejor que otras de las películas que he puesto, pero a mi francamente no me gusta y esa era la única regla, no hago crítica de cine. Esto es un Cine Club Okupa en Pulso y no otra cosa. Por otro lado tampoco se trata del retrato de un artista, es en realidad una lectura muy interesante de la novela homónima de Michael Cunningham, ganadora del premio Pulizzer en el 99, que se fue al carajo en el casting.
Si en la película Virginia Woolf es el personaje principal y no su libro: Mrs. Dalloway, se debe a que interpretativamente hablando, Nicol Kidman hace sola toda la película. Esta falencia dificulta la comprensión de la conexión entre los tres personajes principales del relato. Ya que además de Woolf, está una lectora de Mrs. Dalloway en la ciudad de Los Ángeles en 1949: Laura Brown y el personaje real de la novela de la escritora inglesa: Clarissa Vaughn, encarnado por Meryl Streep, en la ciudad de Nueva York a principios de los años 2000. A pesar de que la estructura es muy interesante: Autor- Lector- Personaje, lo cierto es que en Las Horas la figura de la escritora es la única que tiene contornos y a falta de opciones, al carajo las reglas estéticas. Antes que poner a otro macho de la especie, me quedo con Virginia. La pionera del “flujo de conciencia”, la autora de “Una habitación propia”, ese bellísimo manifiesto emancipatorio para los que se ven sojuzgados por la sociedad bidimensional y autoritaria del hombre occidental, conmigo o contra mi, pensado para las escritoras de generaciones venideras y útil para l@s ate@s, l@s loc@s, l@s suicidas, l@s artistas, l@s libres, tod@s l@s otr@s. Para nosotr@s, l@s lectores y para l@s editores dispuestos a correr el riesgo. Que conste, este no es un típico caso de cuotismo políticamente correcto. Se trata más bien de justicia poética.

Dirección: Stephen Daldry
Guión: David Hare
Actores: Nicole Kidman, Julianne Moore, Meryl Streep, Miranda Richardson, etc., etc.
USA, 2002

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